Al escuchar el nombre de Steve Jobs, ¿en qué pensamos inmediatamente? Seguramente la respuesta sea Apple. Y no es de extrañar. Steve Jobs fue uno de los grandes líderes empresariales que se han conocido y, probablemente, uno de los más mediáticos.
Jobs nació en San Francisco en 1955. En su infancia se trasladó a Palo Alto, que en esos momentos estaba desarrollando una importante industria electrónica. Parecía que todo le iba encaminando hacia este mundo.
Tras haber conocido a Steve Wozniak, ambos comenzaron a construir un modesto ordenador casero. Jobs se encargó de las ventas y negociaciones y Wozniak de su construcción. Fue en 1976 cuando nació Apple Computer Company. Tras varios años desarrollando el negocio, sorprendentemente, en 1985 abandonó la compañía que había fundado debido a algunos malos resultados y a ciertas diferencias en la compañía. Su vuelta se produjo cuando la empresa entraba en declive. Se ganó la confianza de la dirección, tomó medidas y siguió diferentes estrategias hasta lograr que Apple alcanzara el prestigio que hoy en día se le concede.
Pero detrás de este éxito y de sus productos hay algo más. Jobs se convirtió en un líder. Así será visto cada vez que se hable de la historia de Apple. En este sentido no nos equivocamos al decir que Jobs es una de las figuras que mejor encarna el liderazgo empresarial. El motivo es sencillo: tenía la habilidad de influir y motivar a los demás para alcanzar los objetivos de la empresa y potenciar sus habilidades y la de sus trabajadores. Las empresas no solo necesitan jefes, necesitan líderes y, por ello, cada día se imparten más cursos y seminarios de liderazgo empresarial y se buscan líderes.
Pero la pregunta más importante es, ¿cuáles son las claves de su liderazgo?
Compartía la filosofía de la empresa: fue la empresa que él mismo fundó, por lo que está claro que compartía al 100% sus ideas y valores. Creía en el proyecto y luchaba por él, dedicando prácticamente toda su vida y regresando a su rescate cuando la compañía estaba en peligro.
Pasión: le apasionaba su trabajo y, sobre todo, su producto, no solo desde el punto de vista empresarial sino como usuario. Por ello, buscaba siempre la perfección y le obsesionaban los detalles.
Los trabajadores son una parte importante: a pesar de que muchas veces se ha dicho que era duro, escuchaba a su equipo y sus opiniones. Para ello realizaba reuniones trimestrales, daba conferencias para motivarles y reconocía su trabajo y sus logros. De esta forma se conseguía que los trabajadores estuvieran motivados por una cultura de equipo que Jobs se esforzaba por infundir.
La importancia del talento: Jobs sabía reconocer el talento y una vez que lo localizaba, iba a por él. Así logró crear un equipo lleno de talento en el que creía profundamente.
Los consumidores: consiguió convertir a sus consumidores en algo más, en apasionados como él y en seguidores fieles. ¿Cómo lo ha conseguido? Entendiendo las necesidades del usuario, creando una estrategia y destacando su producto como aquel que cumplirá tus necesidades o incluso tus sueños.
Innovación: para Jobs era importante la innovación pero eliminando lo innecesario en sus productos, diferenciándose y siendo fiel a esta política.
En definitiva, un conjunto de pasión, creencia en el producto, motivación a los trabajadores, innovación y las famosas presentaciones de sus productos quizá sean el secreto del éxito que Jobs proporcionó a Apple. Sin duda alguna, un legado difícil de olvidar.
留言